Publicado el 15 de Julio, 2007, 17:37
El año pasado, descubrí a Cristina Lozano, de Ideas y Organizaciones, profesora de cursos de filosofía a los que asisto, leyendo un libro de divulgación de matemáticas, "La matemática como una de las bellas artes", de Pablo Amster, Siglo Veintiuno Editores. Es de la serie de la Universidad Nacional de Quilmes, y es un libro interesante, tal vez opacado por los dos "best-sellers" de Adrián Paenza, sobre matemáticas, en la misma colección. Al parece, a Cristina le agradó el libro. Hoy no será el día de comentar el contenido y desarrollo de ese libro, sino el de comentar acá un fragmento que aparece en su texto, del "Adán Buenosayres" de Leopoldo Marechal:
Bien, no tengo acá todo el contexto donde este texto se inserta, en esa novela. Pero aprovecho acá el uso de la metáfora, para tomar una frase y estirarla, de tal forma que signifique algo lógico. Admito ese tipo de frase, y su interpretación, en la literatura. Quiero que quede claro, que no la acepto en la transmisión de conocimiento, como en la ciencia y en la filosofía. Me parece evidente que lo que uno dice o escribe, es apenas un reflejo de lo que queremos transmitir. Por eso mismo, la emisión debe ser clara, y el mensaje, lo menos expuesto al estiramiento, interpretación arbitraria, o abuso de la metáfora cualquiera. En el mismo libro de Amster, se recuerda más adelante a Borges, y su cuento (relato?) "La biblioteca de Babel", donde se describe una biblioteca que contiene todas las combinaciones de letras, en donde cualquier secuencia
encierra un terrible sentido en alguna lengua. No hace falta apelar a esa biblioteca para encontrar cualquier cosa, verdadera, falsa o simple disparate, oculta en lo inintelegible. Sólo basta leer obras de algunos filósofos, que hacen que Heráclito "El Oscuro", sea un dechado de claridad y gentileza. Nos leemos! Angel "Java" Lopez |