Publicado el 18 de Marzo, 2008, 11:08
Renato Descartes nos cuenta, en su Discurso del método, cómo, luego de haber estudiado filosofía, teología, matemáticas y otras ramas del conocimiento que se esperaba que un hombre culto manejara en su tiempo, se encuentra en confusión y sin tener un pie seguro donde afianzarse. Escribe al comienzo de su tercera parte:
Se arma una "casita". Y luego, utilizando su método, va a encontrar su sistema, su casa definitiva. Pienso que no es fácil armar la "casa final" como aspiraba Descartes. Incluso en el trabajo final que realiza, de alguna forma, para salir de un punto muerto, introduce a "Dios" en su solución. Toda postura, en el fondo, tiene apuestas, pilares que son puestos por nosotros, sin argumento final que los soporte, más que la plausibilidad de esa apuesto. Yo, por ejemplo, apuesto al realismo, no ingenuo, y a una ausencia de "Dios" por lo menos de la forma en lo que hasta ahora ha manejado la humanidad, un dios humano, demasiado humano. No hay alma inmortal, ni hay historia "predeterminada" del ser humano. Hay alguna naturaleza humana, a determinar. Como humanidad, somos una parte insignificante del Cosmos, y tenemos que asumir esa situación, apretar los dientes, y seguir adelante. Vamos por la vida, siempre en una casita. Solamente pido construirla concienzudamente, dentro de lo posible, habiendo elegido cada ladrillo y pilar. Debemos estar "aware", advertidos, de cuáles son las apuestas, pilares, puntos de partida que usamos, y revisarlos cada tantos años. Pero una vez elegidos, seguir usándolos con firmeza. Pero, yo, por lo menos, no aspiro a tener "la casa terminada". Es un trabajo a realizar en varias vidas, entre varios. De ahí, la acumulación de conocimiento humano, ya sea en ciencia, y en filosofía. Nos leemos! Angel "Java" Lopez |