Publicado el 3 de Febrero, 2009, 8:23
Hace un tiempo comenté un texto del biólogo Richard Lewontin, sobre El precio de la metáfora en la ciencia Luego de esos párrafos, sigo leyendo en su libro Genes, organismo y ambiente, editorial Gedisa, estos párrafos:
Muchas veces, dentro o fuera de la ciencia, buscamos explicación a esos por qué. Desde la ciencia, apelamos a la biología en general, otros a la astrología.
Cómo ese proceso se ejecuta, es lo que Ian Steward ha llamado "el segundo gran misterio de la vida" (el primero sería el código genético). No conocemos aún en detalle cómo un conjunto de genes se transforma en un perro. Pero sí conocemos gran parte de los grandes rasgos del proceso. Es interesante, por ejemplo, leer sobre los descubrimientos sobre cómo los insectos, una hormiga, tienen segmentos, que en principio son iguales, pero se van formando de distinta forma, activando al parecer, distintas partes de su material genético. Así, un segmento termina en cabeza, y otro en segmento con patas. La estrategia: "genero segmentos y los diferencio" (al parecer, por la difusión en gradiente de algunas sustancias, es decir, el segmento de la cabeza tiene más concentración de algunos compuestos químicos; debería repasar mis apuntes sobre el tema), digo, esa estrategia ha sido empleada muchísimas veces por la evolución biológica.
Acá Lewontin va más allá del desarrollo embrionario.
Lewontin trata de advertirnos de esa metáfora. Me temo que no comparto totalmente su alarma. Es claro que "desarrollo", aún a pesar de su origen (en portugués es "desenvolver", como abrir un paquete, el paquete ya está adentro), el uso de esa palabra no es tan fuerte como Lewontin lo sugiere.
Yo lo veo así: los genes son los que determinan que una hormiga tenga seis patas, y no dieciocho. Pero es el ambiente el que determina otros resultados. Basta ver el distinto desarrollo que tienen obreras y reinas en una colmena, en base a su cuidado y alimentación. Lo mismo en el desarrollo humano. La biología y los biólogos, están bastante alertados de estas diferencias. Tal vez, Lewontin ve algunas posturas muy orientadas a poner los genes sobre el ambiente, y está levantando la mano. Me parece bien, pero es muy fuerte afirma "esta es exactamente la concepción que la biología del desarrollo tiene". Veo que esa es la concepción que tiene para la cantidad de patas de una hormiga, no para otros resultados.
Veo que podría discutir que esto es una cuestión de énfasis. Cualquier biólogo, puesto a pensar unos minutos, reconocerá qué características de un organismo tienen de causa a los genes, cuáles al ambiente, cuáles a los dos, y qué características todavía estamos investigando de dónde proceden (en el caso humano, el ambiente es más complejo: yo incluiría no sólo a la alimentación, sino a la cultura; alternativa: llamaría ambiente a lo físico, y con otro término a lo social). Nos leemos! Angel "Java" Lopez |