Publicado el 11 de Noviembre, 2009, 10:29
Sigo leyendo el excelente libro "Rock of Ages" (Ciencia y Religión, título en español) del bueno de Stephen Jay Gould. En el segundo capítulo, presenta textos de Darwin y de T.H.Huxley, donde expresan su postura ante temas que escapan a la ciencia (tendré que comentar cuál es la posición de Gould, cómo estable él dos "magisterios", donde ubica a la ciencia y a la religión, y cómo yo disiento en esa postura; un tema para tratar o por lo menos nombrar, es la distinción entre "es" y "debe ser", y la falacia naturalista). Ya comenté sobre Huxley en Huxley contestando a Kingsley: la verdad más que el alivio y en Huxley y su agnosticismo. En la carta a Kingsley, y ante la muerte de su hijo Noel, Huxley rechaza el consuelo de creer en un alma eterna, en un reencuentro en el más allá con su primogénito ya muerto. Quería hoy recordar aquí otro fragmento de esa carta:
El ser humano, al tener conciencia, se da cuenta de que en algún momento va a morir. Al parecer, no hay otros organismos, animales, que hayan llegado a semejante nivel de "awareness" sobre su propio futuro. Es eso (conciencia, imaginación, voluntad, entre otras capacidades) lo que hace al ser humano distinto. Pero el tener conciencia de la muerte, y el estar en la incertidumbre de lo que pase después de la muerte (o en la certidumbre de que no hay nada más allá), no debe sumirnos en la desesperación o el abandono. Pienso que tenemos un impulso vital, un movimiento que nos lleva a vivir la vida, algo que nos viene por ser organismos, pero transformado y afirmado por la conciencia y la voluntad. Nos leemos! Angel "Java" Lopez |