Publicado el 21 de Junio, 2010, 14:28
Muchas veces un resultado científico se toma como base para algunas especulaciones o teorías filosóficas. La más de las veces, el resultado es "estirado" o malinterpretado, y las conclusiones que se sacan no están soportadas directamente por el resultado: hay una operación humana de agregar cosas, de tergiversar, de exagerar, que no debería hacerse, por lo menos, no sin advertirlo. Un caso así ha sido la "expropiación" del teorema de Godel, que tanta letra escrita a producido. Pero hay un caso más famoso, del que quería un día escribir: el de tomar las teorías de la relatividad de Einstein como punto de partida para variantes de "todo es relativo" (por supuesto, ignorando que antes Galileo y Newton ya usaron y asentaron un principio de relatividad). Por suerte, no tengo que escribir yo sobre el tema: hoy encuentro en las excelentes Physics Lectures de Richard Feynman, unos párrafos sobre el tema, al comienzo del capítulo 16, del primer volumen:
Quien llegue a esa conclusión, poco bien le habrá hecho a la filosofía.
Eso venía desde Galileo, prácticamente, no hizo falta llegar a Einstein.
Yo agrego: lo que pasó, es que un resultado particular, como las teorías de la relatividad de Einstein, se usaron para apoyar ideas, aprovechándose de su "tinte" científico. Aparentemente, tener una teoría científica por detrás, cuando conviene a lo que queremos decir, es aceptado (cuando la ciencia no soporta lo que alguien quiere afirmar, aparecerá alguna acusación a la ciencia en algún momento, o que la ciencia no abarca el aspecto humano, o variantes de ese "ataque"). Lo mismo pasó con la cuántica, donde la interpretación de Copenhague (apenas una interpretación, entre varias), ha dado tanto pie a hablar de "observador", "sujeto" y que no existe realidad independiente del sujeto, y más afirmaciones QUE no se siguen de lo que hemos descubierto de la cuántica. Por eso es importante tomar todo, lo de la ciencia y lo de la filosofía, con una actitud crítica. Muchas veces, aceptamos lo que queremos aceptar, lo que nos es afín o simpático, lo que encaja con nuestras concepciones y visiones del mundo. Hay que ejercitarse para ir más allá: poner bajo análisis todo lo que nos llega. Y levantar la guardia (no rechazar, sino detenerse, analizar, ver si es así la cosa), cuando escuchamos "la teoría científica X apoya Y". Puede que sea verdad, pero es generalmente una gran afirmación, que merece un detenido análisis. No es una cuestión de salón. Ya había usado el texto de Feynman (coautores Leighton, Sands) en: Atomos y Estrellas, por Richard Feynman Nos leemos! Angel "Java" Lopez |